La ontología del Ishrâq, siguiendo la nota dominante del esquema mazdeo, nos presenta todos los grados del ser ordenados en sicigias, en pares, y el hombre es también un modo de ser esencialmente sicígico, una unidad dual o dualitud, con la psique terrestre por una parte y un modo celestial de luz - su ángel - por otra. Biunidad, pues, sin confusión: todo en el universo tiene ese mismo carácter polar, ya que lleva impresa la huella del Origen primero de todas las cosas, la tensión entre el primer amado y el primer amante, entre la fuerza de atracción de la luz y su tendencia a la difusión. El alma se encarna en este mundo como consecuencia, bien de una caída - en el Ishrâq - , bien de una elección preexistencial - en el mazdeísmo -, pero, en cualquier caso, este descenso resulta del desgarramiento de un todo primordial, desgarro que tiene su fundamento en la estructura misma de ese todo, del que el hombre es "a imagen y semejanza". El alma encarnada posee en consecuencia un doble celestial; está llamada a unirse a éste, transmutando la dualidad del exilio en la dualidad restaurada por el reencuentro, pero también puede quedar separada para siempre de él, según que su vida terrena haya hecho posible o imposible el retorno a la condición de la biunidad original.
En efecto, según la doctrina esotérica del Ishrâq el alma humana tuvo una existencia previa en el mundo angélico, pero se escindió en dos partes y una de ellas cayó presa del cuerpo; el ser humano - o, más exactamente, su parte terrenal - vive así en el "exilio de Occidente", como "extranjero" que olvidó su origen, que perdió el recuerdo de la unidad con su alter ego celestial, con su Ángel, que es, en definitiva, la dimensión transcendente de su personalidad de la que en algún momento se escindió. Encerrado en la prisión occidental y sumido en el sueño del olvido, el hombre debe recordad, rememorar su origen angélico, lo que le permitirá tomar conciencia de su verdadera condición y plantearse la salida del exilio, la huída de la prisión, para iniciar el regreso al hogar. Es esta separación lo que genera la infelicidad radical del ser humanao en este mundo y, una vez se ha alcanzado alguna conciencia de ella, lo podríamos llamar su nostalgia metafísica del Absoluto.
Texto extraído del libro: "El encuentro con el ángel" de Sihâboddîn Yahyâ Sohravardî - Editorial Trotta - Madrid (2002)
SICIGIA. (Del gr. syzygía, unión.) f. Astron. Conjunción y oposición de la Luna con el Sol