"Según la visión científica tradicional, somo sólo observadores pasivos viviendo en un universo sobre el que tenemos poca influencia. Sin embargo, los últimos descubrimientos de la física nos ofrecen una visión muy distinta: no estamos en absoluto separados del mundo que nos rodea ni tampoco somos meros observadores pasivos de la realidad. Existe un campo de energía que conecta todas las cosas, que forma todas las cosas y que es el origen de nuestro mundo: la Matriz Divina." - Gregg Braden


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Antes de ver un vídeo, te recomiendo ir hasta el final del blog y apretar la pausa en la Playlist de Lisa Gerrard. Así podrás disfrutar de la música, los mantras y sonidos de relajación que te regalo.
Namasté

EL SAGRADO MANTRA DE BUDA

TAYATA OM MUNE, MUNE, MAHA MUNEYE SOHA

Se recita un mala (rosario de 108 cuentas, es decir 108 repeticiones) del sagrado mantre de Buda manteniendo en mente la gloriosa imagen de Shakyamuni Buda. Mirar un cuadro o una pintura tanka puede ser útil en esta préctica. A medida que recita el mantra, el meditador visualiza rayos de luz de color amarillo dorado emanados del cuerpo de Buda que entran en el suyo por la coronilla. Los rayos traen consigo una ducha de bendiciones.
Cerrar los ojos permite intensificar la experiencia de visualización. El mantra simboliza la esencia de la sabiduría y compasión de Buda. Recitar el mantra y practicar simultáneamente le visualización es una poderosa práctica purificadora que aporta al meditador una montaña de méritos. Los mantras pueden cantarse en voz alta (pero no demasiado alta) o recitarse; es preferible recitarlos en voz alta porque así participa la palabra además de la mente.
La tradición manda recitar el mantra 108 veces, pero puede recitarse tantas veces como se desee. Esta préctica produce un estado de calma dichosa que provoca un hermoso despertar espiritual. Cuando acaba la préctica, la persona se sienta en silencio y siente que recibe las bendiciones de Buda. Quienes tienen un maestro imaginan que es inseparable de Buda. Los que aún no lo tienen, dedican su mantra y visualización a encontrar un maestro que guíe, ayude y potencie sus prácticas.
Es fundamental hacer una dedicación al final para poder aprovechar el mérito de la meditación. Si la dedicación se omite, el mérito generado se echa a perder. Por ejemplo, en el momento en que une persona pierde los estribos, todo mérito acumulado se evapora.
"El Libro de Buda" - Lililian Too - Gaia Ediciones 2003

http://www.lillian-too.com/lamazopa/