
"Sentado tranquilo, deje que resuene esta pregunta: "¿Quién soy Yo?" Por unos instantes esté atento a las reacciones que surjan y luego vuelva a preguntar: "¿Quién soy Yo?" Puede responder: "Yo no soy mi cuerpo. Yo no soy mis sentimientos. Yo no soy mis pensamientos." Al repetir la pregunta y las respuestas, la mente se vuelve consciente de sí misma. La conciencia se convierte en testigo neutral de los procesos interiores. Cuando descienda el silencio, pregunte nuevamente: "¿Quién soy Yo?" Cuestione cada reacción: "Pero quién soy Yo? Cada tanto, en voz baja, pronuncie su propio nombre y pregunte de nuevo: "¿Quién soy Yo?"
Arnaud Maitland - Vivir sin arrepentimiento